Centro Excursionista de Albacete Deporte y cultura en la naturaleza
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Historia de la Marcha Nerpio - Alcaraz

A finales de 1983, en el desaparecido Mesón del Pollo, frente a Sindicatos, algunos componentes del Centro Excursionista de Albacete, fundado en 1978, mantienen una conversación. Tienen la costumbre de hacer una ruta en esas fechas por la zona del Calar del Mundo, y se han reunido para concretar los detalles. Unas cervezas después habían decidido recorrer toda la Sierra Albaceteña, de sur a norte, desde Nerpio hasta Alcaraz, atravesando los cuatro ríos principales que la riegan, el Taibilla, el Segura, el Tus y el Mundo. Estamos ante el comienzo de la Marcha Nerpio-Alcaraz, año I.

 

Unos días más tarde, en la primera semana de diciembre, un sargento de la Base, llamado Juan Carrillo, trasladó en coche hasta Nerpio a Juan Miguel Velasco "Chacón", y a los hermanos Marcos y José Bonilla, pertrechados como muestra la primera foto (tomada en la Peña de la Cabeza, cerca de los Prados). Estaban listos para comenzar su aventura.

 

No llevaban tienda de campaña y la primera noche durmieron en casa de las maestras de Nerpio, conocidas suyas. El resto de las noches las pasaron en cuevas, casas viejas o cabañas de pastor. La gente quedaba completamente alucinada cuando los veían aparecer, los tomaban por locos, o pensaban que se habían escapado de algún sitio raro.

 

De Nerpio fueron a Pedro Andrés, parece ser que nevando. En esa época no había luz eléctrica en las aldeas de Nerpio y las cervezas las enfriaban en un pozo, de donde salían sin etiqueta, de modo que no se podía saber la marca. De ahí marcharon a Góntar, uno de los parajes más espectaculares de la sierra. Después fueron a Arguellite, por donde les sorprendió algo de lluvia. La siguiente fue su jornada más difícil, pues anduvieron perdidos en las proximidades del Calar del Mundo, se les hizo de noche, y al final consiguieron cruzar y pernoctar en la Cañada de los Mojones (encima del Mirador de los Chorros), en una caseta de pastor. La siguiente parada fue al campamento de San Juan en Riópar; y el último día, de allí a Alcaraz.

 

Los siguientes años, la Marcha Nerpio-Alcaraz siguió haciéndose de la misma forma, si bien aumentando el número de participantes. Por entonces se tardaba el día completo en llegar a Nerpio; iban en tren a Calasparra y después tenían que coger al menos dos autobuses. En pocos años, llegaron a ser alrededor de cien personas y las cuestiones de organización a la fuerza tuvieron que resentirse. Hacia la III o IV empezaron a contar con un coche de apoyo. Unos años después entró en juego la Diputación Provincial, que patrocinaba el evento y contribuía a su organización, llamando a los pueblos y buscando lugares adecuados para pasar la noche. La Marcha empezó a adoptar la forma que conocemos actualmente.

 

Gerardo González dirigió durante años la Marcha y desde hace más de una década su organizador es Paco Noguero, ambos socios del Centro Excursionista de Albacete y montañeros de reconocido prestigio.

 

Año tras año se incorporan nuevas personas a la Marcha, pero el espíritu de compañerismo, esfuerzo y el afán por recorrer los bellísimos rincones que guardan nuestras Sierras del Segura y Alcaraz, permanecen intactos. La emoción que se vive al llegar a la Plaza Mayor de Alcaraz, tras siete intensos días y dejando atrás más de 150 km, merece sin duda la pena.

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